A raíz de la crisis sanitaria y social que estamos viviendo, muchos de nosotros sentimos la necesidad de saber en todo momento cómo evoluciona la situación. Esta saturación de información, lejos de calmarnos, a menudo nos provoca un estado de malestar muy difícil de gestionar emocionalmente.
Vivimos con una oreja pegada a los medios de comunicación, donde las noticias no son precisamente positivas. Nuestra otra oreja está enganchada al teléfono. Hablamos con amigos y familia sobre el hastío del confinamiento o la preocupación por la salud de los nuestros. Mientras tanto, nuestros ojos escanean los últimos memes que hemos recibido sobre el coronavirus.
Así, es imposible no vivir en un estado de preocupación constante por lo que va a pasar. Pero, ¿realmente sirve de algo vivir siempre intranquilos?
Hoy os traemos una propuesta muy sencilla que podéis aplicar siempre que estéis viviendo una situación que os genere inquietud. Una estrategia efectiva que le dará un descanso a vuestra mente.
La hora de preocuparse
1. Elige una hora del día
Planifica de antemano una hora al día que dedicarás a preocuparte (por ejemplo, de 20h a 21h). Esta hora la elegirás en función de tus propias actividades diarias y de tu horario habitual, pero intenta que sea siempre la misma.
2. Esta será tu hora para preocuparte
Siguiendo el ejemplo, deberás aplazar hasta las 20:00 todos los pensamientos repetitivos que aparezcan en tu mente. Ya llegará la hora para dedicarles tu atención.
3. Cuando te preocupes, hazlo bien
Cuando llegue finalmente la hora de preocuparte, deja todo lo que estabas haciendo, coge papel y boli y escribe todo lo que te preocupa y pon la fecha. Ahi puedes desahogar todas tus quejas y preocupaciones.
4. Terminó la hora
Deja de escribir y para de rumiar. Guarda los papeles escritos donde no los veas, hasta el día siguiente. Tu dosis de rumiación de hoy ha terminado. Ahora distráete en algo que no implique contenido de tus preocupaciones.
5. ¿Qué conseguimos?
Con este ejercicio rompemos el círculo vicioso de engancharnos a nuestros pensamientos repetitivos. Nos garantiza que no vamos a elegir el momento de ocuparnos de las preocupaciones en función de nuestro estado emocional, algo importante en la gestió enmocional.
6. Descárgate la infografía de «La hora de preocuparse»
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